Un documento escrito por investigadores de Google plantea la posibilidad de sustituir su buscador por una IA que brinde las respuestas.
Hace algunas semanas, un grupo de investigadores de Google presentó un documento que promete revoluciuonar el futuro de la compañía y la industria tecnológica en general. En el archivo oficial, los especialistas desmenuzan su plan para reemplazar el clásico buscador de la gran G por una inteligencia artificial (IA) que brinde sus propias respuestas.
La nueva alternativa pretende transformar la experiencia de búsqueda al hacerla mucho más dinámica de lo que es actualmente. Con ella a su favor, el usuario no debería investigar los resultados por su cuenta; en su lugar, dispondría de una herramienta que lo haría por él.
¿Qué podemos esperar del nuevo buscador?
El fin de este proyecto es crear un buscador inteligente que responda a las consultas como si hablaramos con un experto en la materia. Una vez que se le haga una pregunta, la IA rastrillará los resultados de la web y los analizará para dar una devolución completa y bien informada.
En la actualidad, el buscador de Google utiliza como base un antiguo algoritmo creado por Sergey Brin y Larry Page, bautizado como «PageRank«. Si bien con el paso de los años la compañía ha sumado otros algoritmo al proceso, el original no ha exprimentado grandes cambios.
Al momento de una búsqueda, PageRank brinda una lista de contenidos que organiza según su índice de relevancia. Para darles una jerarquía, Google tiene en cuenta la cantidad y calidad de enlaces que remiten a cada web. Todo ello con el fin de filtrar los mejores resultados para satisfacer la curiosidad de los internautas.
Con la nueva IA a cargo, nuestra participación en el proceso de investigación se vería reducido a la mínima expresión. Solamente trendríamos que hacer la consulta y, paso seguido, el algoritmo nos devolvería una respuesta basada en el resumen que hizo de las fuentes halladas en internet.
El modelo propuesto se basa en un algoritmo de lenguaje bautizado como GPT-3, el cual es capaz de producir textos casi idénticos a los que elaboran los seres humanos.
El futuro se abre paso
Los buscadores modernos se han ganado la fama de ser sumamente rápidos y precisos como para brindar respuestas en cuestión de segundos. Sin embargo, los cuatro investigadores de Google creen que es un buen momento para dar el siguiente paso y romper con el actual paradigma.
Desde su perspectiva colectiva, defienden que es necesario «terminar con el modelo tradicional de indexación y clasificación» para dar vida a uno nuevo. Uno que combine el robusto método de documentación vigente con la potencia y refinamiento de los algoritmos de lenguaje.
Las voces que se oponen
Si bien este informe es tan solo un primer vistazo que explica la idea que defiende Google, las críticas no han tardado en aparecer. Hanna Hajishirzi, investigadora del procesamiento de lenguaje natural (NLP) por la Universidad de Washigton, fue clara al respecto:
«Creo que los modelos lingüísticos son y serán importantes para potenciar a los motores de búsqueda del futuro. No obstante, hoy requieren gran memoria y recursos que no le permiten sustituir a la clásica indexación«.
Hanna Hajishirzi – Investigadora del NLP para la revista MIT Technology Review
Emily Bender, experta en lingüística computacional, también presentó sus reparos acerca de esta idea a través de Twitter:
«Es preocupante ver que una organización con los recursos y el peso de Google promueva una investigación sin fundamentos, sin siquiera considerar cómo podría encajar e impactar en el mundo«.
Emily Bender – Experta en lingüística computacional
Esta no es la primera vez que Bender va en contra de las políticas éticas de Google en su manejo de la IA. Tiempo atrás, coescribió un artículo junto con Timnit Gebru, experta en ética de inteligencia artificial que fue despedida del gigante tecnológico a fines del 2020.
Esa nota hace énfasis en que los modelos de lenguaje actuales son propensos a reproducir ideologías racistas, sexistas, extremisatas, entre otras. De igual manera, también cuestiona los costos medioambientales que representan estas tecnologías y los sesgos que pueden existir al momento de entrenarlos y usarlos.
Las incógnitas están presentes
Si bien los expertos encargados del informe saben que el NLP es el futuro, también son conscientes que la tecnología aún está lejos de ser una realidad. Falta que se produzcan todavía grandes avances antes de ver un buscador impulsado por IA que pueda sustituir el filtro humano.
En esa línea, los investigadores de Google entienden que el próximo buscador tiene que brindar garantías. Lo que significa apostar por fuentes autorizadas, transparentes, imparciales y que planteen perspectivas diversas para brindar las mejores respuestas posibles.
Dicho asunto, al igual que los probables sesgos a los que se verá expuesta la IA, son puntos que el gigante tecnológico deberá dilucidar pronto si pretende que la crítica vea con buenos ojos este proyecto.
Del mismo modo, la empresa tendrá que aclarar lo que sucederá con las visitas a los sitios, porque con ese modelo es probable que disminuyan. En caso que así fuera, los perjudicados serían los artículos, además de los anuncios publicitarios que acompañan los contenidos. Una realidad que ni los creadorees de contenido ni los anunciantes estarán dispuestos a aceptar.